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lunes, 2 de febrero de 2009

Piltamales

Ahora que a algunos les tocan los tamales, les comparto la receta de piltamales de mi abuela...

Necesitamos:
1 kg de harina minsa
1/4 de manteca inca
1 cda. de royal
3 conos grandes de piloncillo
1 raja de canela
Hojas para tamal

¿Cómo se hacen?
1. Separa las hojas para tamal y ponlas a remojar en agua caliente.
2. En una cacerola, coloca 1 litro de agua, dos conos de piloncillo y la canela, ponlos a fuego medio, procurando disolver el piloncillo. Ya disuelto, deja a fuego medio hasta que suelte el hervor y aparta.
3. Parte el otro cono de piloncillo en cachitos. Es muy fácil hacerlo: dentro de una bolsa, con un martillo, ¡dale duro sobre el suelo!
4. Derrite la mateca en el micro.
5. En un recipiente grande, coloca la harina, el royal, la manteca derretida y revuelve, de preferencia con una palita de madera.
6. Poco a poco, incorpora la miel del piloncillo.
7. Si es necesario, añade agua a la mezcla hasta formar una pasta uniforme, ni muy seca, ni muy aguada (así lo explica la Abuela...),
8. En una olla grande, coloca una cama de hojas para tamal.
9. Toma las hojas una por una y extiende la mezcla sobre ellas con la palita. Sobre la mezcla, coloca un pedacito de piloncillo. Envuelve los tamales y colócalos paraditos en la olla.
10. Cuando todos estén formaditos, vierte agua por un lado, más o menos a una cuarta por encima de la base.
11. Cocina a fuego medio por unos 30 minutos, o hasta que sea evidente que están cocidos. Si hace falta, añade más agua, para que no se queme el fondo de la olla.

Las recetas de la Abuela carecen de toda noción de pesos, medidas y tiempos, sino que se basan en el cálculo a ojo-de-buen-cubero, osea que el "ensayo y error" son la base del éxito...

¡Disfrútenlos!

lunes, 30 de julio de 2007

Ratatouille

Disney se vuelve a sacar un 10 en películas animadas con esta peculiar historia que, al estilo Disney, nos hace creer de nuevo en la magia y en que los sueños se convierten en realidad.

El protagonista de Ratatouille es Remy, una rata puntillosa y remilgosa pero hábil en la cocina, llega por una afortunada casualidad a Paris, en donde se convierte en el chef de un restaurante con la ayuda de Alfredo, un inútil y desgarbado lavaplatos. Juntos lograran revivir el prestigio del lugar y demostrar que "cualquiera puede cocinar"

Excelente la historia, la animación, la música... cinco palomitas.


Y para los que se quedaron con ganas de probar el Ratatouille, aquí una sencilla receta:

Ratatouille (4 porciones)

1 berenjena
4 calabazas grandes
2 jitomates
1/4 cebolla
Aceite de oliva
Especias
Sal y pimienta

Para que la berenjena no se amargue, corta las orillas y frótalas contra el extremo cortado. Rebana la berenjena en rodajas delgadas y sumérjela en un recipiente con agua y sal gorda.

Parte las calabazas y el jitomate en rodajas. Calienta una cama de aceite de oliva en un sartén y cuando esté a punto, sofríe las calabazas hasta que cambien de color. Retíralas del sartén y ahora haz lo mismo con la berenjena. Ahora sofrie la cebolla hsata que esté transparente, añade el jitomate, sal, pimienta y especias (puedes usar las de tu preferencia) y revuelve. antes de que suelte el hervor, añade la calabaza y la berenjena. Revuelve, baja la flama y deja hervir.

¡Provecho!

miércoles, 20 de junio de 2007

Trattoria della Casa Nuova

A propósito del Festival Italiano, que organiza el Instituto Italiano para el Comercio Exterior, ayer nos lanzamos a cenar a este restaurante, ubicado al sur de la ciudad sobre Av. La Paz.

La comida está excelente, el vino está de vicio, el lugar es precioso, los meseros encantadores... nos pasamos unas cinco horas divinas.

Muy recomendables los tintos.. Y sobre todo que te regalan un quartino en la compra de una pizza.

Vayan, recomendadísimo, el próximo 9 de julio tendrán un buen evento con música de Gershwin.

viernes, 9 de junio de 2006

What Flavor Frappuccino Are You?

Caramel Frappuccino

Creative and expressive, you tend to match your Frappuccino flavor to your mood. And a flavored syrup is always a must!

viernes, 16 de diciembre de 2005

Polvorones light




Me topé con esta receta después de que conocí la Peanut Butter Diet, una dieta más o menos basada en el consumo de cantidades casi industriales de mantequilla de cacahuate, y que está fundamentada en los resultados de un estudio que ha demostrado que la susodicha tiene propiedades similares al aceite de oliva.
Prometo que muy pronto tendré un blog dedicado a los menesteres del cuidado de la salud y los hábitos alimenticios; mientras, disfruten esta variante ligera de las peanut butter cookies.


1 taza de mantequilla de cacahuate

1 taza de splenda para hornear

1 huevo



a. Precalienta el horno a 180 grados. (Los hornos eléctricos por lo general no se manejan por temperatura, sino por ‘numeritos’. Un Moulinex regular generalmente se precalienta en el 4, y una vez que pones los polvorones en él, cambias al 8).
b. Revuelve todo en un gran bowl. Para hacer la mantequilla más manejable, puedes derretirla en el microondas.
c. Sobre una charola sin engrasar, coloca pequeñas bolitas de la mezcla, separadas unos 5 centímetros. Éstas puedes hacerlas con la mano, y para evitar enmielarte de más, puedes hacerlas con las manos mojadas.
d. Si tienes un molde para galletas, sólo rellena el molde con la mezcla.
e. Hornea durante 10 minutos.
f. Retira la charola del horno y deja enfriar los polvorones antes de moverlos, guardarlos, comerlos o lo que vayas a hacer con ellos.


¡Listo!

viernes, 26 de agosto de 2005

Santa Catarina


Hoy celebraré mi cumpleaños en un lugarcito de Coyoacán que se llama "Mesón Antigua Santa Catarina".
(Hay que aclararlo, porque más de un despistado me felicitó por adelantado: mis 26 primaveras no llegan sino hasta el domingo, a las 2:30 de la tarde).
Conocí ese lugar gracias a mi querido Charles, y me parece que he vuelto ahí miles de veces. Es un lugar muy apacible: por las tardes, sentarse en esa plaza acompañado de un buen café y de algún ejemplar grato (como La insoportable levedad del ser) me hace olvidarme de esta ciudad de locos y de todo lo que hay de malo en ella.
Pienso en ese libro, y vuelve a mí una de sus ideas fundamentales: la vida es un borrador sin cuadro. No hay posibilidades de saber qué decisiones serán más o menos afortunadas, porque tenemos que vivirlo todo a la primera.
¿Cuántas veces no me habré equivocado? ¿Cuántas más no lo he de hacer? Pero hay una verdad irrefutable: la vida no es examen, así que te puedes equivocar.