¡Al fin! El señor
Chris Carter se puso a chambear, y luego de 10 años de la última película, y 6 del final de la serie,
los X-Files vuelven a emocionarnos con una increíble aventura en la cual, como en la vida, podemos apreciar lo que cambió y lo que permanece en los entrañables personajes Mulder y Scully.Lo que permanece, desde luego, es el escepticismo de Scully, siempre impregnado de su fe religiosa. Y su contraparte son las ganas del ex- agente Mulder de ver más allá "de lo programado, categorizado o fácilmente referenciado". El ritmo también es muy familiar: como en
los episodios en los que Carter se olvidaba por un rato de los OVNIS y nos regalaba joyas de suspenso en el mundo paranormal.Lo que ha cambiado es, sin duda, la "vida" de los personajes, que a pesar de haber perdido a William, permanecen juntos más allá de su lazo profesional; su juventud, que si a
David Duchovny le ha caído de perlas, a
Gillian Anderson le sentó más que de maravilla.
Cinco palomitas, ¡Quiero creer!