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Puente sobre el río Chippewa, Eau Claire, WI, EEUU. |
Debe haber sido enero, pero tal vez era marzo, porque hace años el clima ya no dice en qué momento estoy del año. Hacía frío, muchos grados bajo cero, vaya usted a saber cuántos, porque luego de menos cuatro el termómetro dice una cosa y uno siente igual de helado. Yo volvía por el puente al campus: debía cruzar el río Chippewa para volver a mi cuarto. Ya estaba oscuro y, como dije, helado, aunque un par de jarras de cerveza engañaban al tacto. Quizá no sólo al tacto: allá, a lo lejos, al final del puente, bajo la tenue luz de un faro, vi a una chica que saltó al río helado. No sé si corrí tras ella o si dejé que me convencieran el frío y la cerveza, pero recuerdo verla, y luego no recuerdo nada. Quizá nadie se dio cuenta. Quizá si lo olvidé, no está muerta.