miércoles, 31 de agosto de 2005

¡Cuidado con los parches! (2)



Pese a que no he podido realizar una búsqueda exhaustiva, después de jugar un rato a la Lois Lane, estos son mis hallazgos:

  • Los parches Ortho Evra contienen dos sustancias: norelgestromin y ethinil estradiol, que se absorben a través de la piel.
  • Su uso es muy cómodo, ya que implica la aplicación de 3 parches, uno cada siete días, seguidos de siete días de descanso. (Para quienes usamos la píldora y padecemos de memoria selectiva, sí que presenta una ventaja).
  • El parche fue aprobado para su uso en noviembre de 2001 por la Federal Drug and Safety Administration (FDA), y fue lanzada al mercado en abril de 2002.
  • Desde esa fecha, se registra que el parche tiene cuatro millones de usuarias en Estados Unidos.
  • Un reporte de Associated Press (AP) indica que han ocurrido más de 20 muertes relacionadas con el uso de los parches. El reporte se apoya en un estudio que explica que muchas de estas muertes no ocurrieron en mujeres con antecedentes de enfermedades cardiovasculares previas al uso del método anticonceptivo.
  • AP indica, además, que el uso de los parches triplica el riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos u otros efectos secundarios.

(No he podido localizar el mentado reporte, porque resulta que los archivos de AP cuestan $$$, pero la información viene de aquí).

  • La FDA ha recibido 9116 reportes de eventos adversos, entre abril de 2002 y septiembre de 2003, relacionados con el uso de los parches, lo que contrasta con los 1237 que han sido enviados sobre la píldora (Ortho Tri-Cyclen, de la misma empresa farmacéutica) en un periodo de seis años.
  • En nuestro país, la caja de 3 parches (tratamiento de un mes) tiene un costo de $210.00.

martes, 30 de agosto de 2005

¡Cuidado con los parches!




No quisiera que esto sonara así, pero ni modo: le pasó a la amiga de una amiga. Estaba regresando de su viaje de luna de miel, y comenzó a sentir un dolor en la pierna. La atendieron en un hospital de Culiacán, donde hizo escala para visitar a la familia, y le dijeron que no tenía nada. Al llegar a su destino final en Monterrey, el dolor fue insoportable y se fue al hospital.

Después de unos estudios, los médicos determinaron que tenía la pierna llena de coagulos, y tuvieron que internarla en terapia intensiva. Al parecer, este problema cardiovascular se debió al uso de anticonceptivos.

Soy mala chismosa: desconozco qué circunstancias rodean al incidente. No sé qué tipo de anticonceptivo estaba usando, ni si padecía de hipertensión, diabetes o si tenía algún otro factor de riesgo como fumar cigarrillos.

Sin embargo, soy muy buena googleando: descubrí que un parche anticonceptivo lanzado al mercado recientemente en México, del gigante farmaceútico Johnson & Johnson, se enfrenta a una demanda legal de al menos 10 mujeres en Estados Unidos que alegan haber desarrollado este tipo de problemas cardiovasculares tras el uso del parche.

El sitio oficial de estos parches no ofrece información acerca de este caso, y aunque hace referencia al incremento del riesgo para fumadoras mayores de 35 años, llama la atención que la edad de las demandantes oscila entre los 18 y los 47 años.

La condición de la amiga de mi amiga no ha mejorado: por el contrario, los coagulos se han ido a sus pulmones y aún está muy grave. Trataré de conseguir información más certera sobre el tipo de método anticonceptivo al que se sometió. ¡Mientras tanto, cuídense mucho, y esperemos que todo salga bien!

lunes, 29 de agosto de 2005

La Caída


¡Domingo de cinito! Además de lo anecdótico del día de ayer -fue mi cumpleaños y colé a mi hermanito de 15 a esta película clasificación C- (la verdad, ha visto cosas peores en la tele o en la red), me impactó profundamente este retrato de los últimos días del Führer en su búnker, la evidencia de su locura y su paranoia y la terquedad (tal vez la "fe ciega" sea más justo) de aquellos que le rodeaban.
La película se basa en el testimonio de Traudl Junge (Alexandra Maria Lara), la joven secretaria de Hitler, que narra cómo fueron esos últimos días en el búnker, desde la inocencia de quien lo ignora todo.
Lo más impactante de la cinta fue ver, en vivo y a todo color, la decisión que toma Magda Goebbles (Corina Harfouch): no existe futuro sin el Reich, sin el Führer, por lo tanto ella no puede permitir que sus hijos vivan en un mundo así. Entonces, ciega por esta idea, coloca un poco de veneno en las bocas de seis pequeños, y termina con sus vidas, dejando un beso en cada una de las seis cabecitas rubias. Luego, ella y su aborrecido pero genial marido, se suicidan.
La Caida es una película para verse, muy reconmendable para los amantes de las cintas acerca de la WWII.

sábado, 27 de agosto de 2005

Somos más tontas que los hombres


El día de hoy me topé con un artículo en el Milenio Diario, en el que se reportan los hallazgos de Richard Lynn y Paul Irgwing (UK): al parecer, el cerebro de los hombres es bastante más grande que el de las mujeres, y existen diferencias "importantes" en sus niveles de IQ, lo cual explica su predominio en áreas científicas, por ejemplo.
¿Qué respondes a lo que en apariencia puede ser irrefutable evidencia científica? Por supuesto, una puede ponerse del lado de las feministas más arrebatadas, y decir que el estudio en cuestión no es más que un intento sesgado de tranquilizar a los hombres, ya que han visto su predominio amenazado por las mujeres.
(Claramente, estas son el tipo de feministas que se quejan: "P*(/&%che macho"... hasta que el macho en cuestión paga la cuenta).
Otra opción es asentir con la cabeza y pensar "Claro, por eso mi hombre es tan inteligente".
(Este es el tipo de mujeres abnegadas y en extinción sobre las cuales todo hombre sueña; razona con claridad Doña Cristina Pacheco: la mayoría de las mujeres fantasea acerca de un hombre inteligente; para los hombres, la inteligencia es la cualidad más irrelevante en su mujer ideal).

A mí lo que me provoca el artículo es mucha risa, no por que crea eso o lo contrario, sino porque pienso: Si son tan inteligentes, ¿por qué no han resuelto los problemas de la pobreza, la desigualdad, el terrorismo, y un largo etcétera? ¿Por qué entonces no idean la forma de que todas volvamos a nuestras casas, a hacer cosas propias de nuestro sexo, y no tenga yo que levantarme todos los días a trabajar?

viernes, 26 de agosto de 2005

Santa Catarina


Hoy celebraré mi cumpleaños en un lugarcito de Coyoacán que se llama "Mesón Antigua Santa Catarina".
(Hay que aclararlo, porque más de un despistado me felicitó por adelantado: mis 26 primaveras no llegan sino hasta el domingo, a las 2:30 de la tarde).
Conocí ese lugar gracias a mi querido Charles, y me parece que he vuelto ahí miles de veces. Es un lugar muy apacible: por las tardes, sentarse en esa plaza acompañado de un buen café y de algún ejemplar grato (como La insoportable levedad del ser) me hace olvidarme de esta ciudad de locos y de todo lo que hay de malo en ella.
Pienso en ese libro, y vuelve a mí una de sus ideas fundamentales: la vida es un borrador sin cuadro. No hay posibilidades de saber qué decisiones serán más o menos afortunadas, porque tenemos que vivirlo todo a la primera.
¿Cuántas veces no me habré equivocado? ¿Cuántas más no lo he de hacer? Pero hay una verdad irrefutable: la vida no es examen, así que te puedes equivocar.

jueves, 25 de agosto de 2005

El Amenazado (1972)



Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De que me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena amistad, las galerías de la Biblioteca, las cosas comunes, los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo se, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo.
Jorge Luis Borges

martes, 23 de agosto de 2005

Lluvia


Los días de lluvia son maravillosos... siempre y cuando los pases en tu casa, en tu cama, arropado hasta el cuello con una cobija de lana, mirando una buena película.
Por supuesto, estar atorada en el tráfico, con la llovizna persistente que no te deja ver nada, y con las manitas congeladas, es horrible. Además, la lluvia saca lo peor de la gente.
(Mi madre dice que "cuando llueve, parece que sueltan en coche a todos los idiotas de la ciudad").
Pero es un buen momento para reflexionar. Pensaba en Casablanca, en esa escena memorable en donde Bogart dice "Siempre tendremos París".
¿Cuántos Parises tendremos, y con cuánta gente?

lunes, 22 de agosto de 2005

La Isla


Ayer fue domingo de cinito, así que me lanzé a ver La Isla la última súper producción de Michael Bay (Pearl Harbor, Armageddon), protagonizada por Ewan McGregor y Scarlett Johansson.

La cinta parte de esta idea: ¿qué pasaría si, de buenas a primeras, te das cuenta de que estás viviendo en una mentira? Claro, la mayoría de nuestras vidas transcurre plácidamente en ese estado de alucinación compartida, en la que todo parece ser lo que es, pero nada es lo que parece.
Fuera de esa reflexión, y pese a que la cinta es predecible, no deja de ser apasionante (si te gusta el cine de acción). Lo más interesante es que saca a relucir un tema fundamental de nuestro tiempo: la bioética. La clonación de seres humanos con fines médicos y de investigación es un tema que tendría que estar a discusión, porque sencillamente los adelantos científicos están poniéndola cada vez más al alcance. Sin embargo, ¿a qué costo? ¿de qué forma? ¿justificado en qué?
El personaje interpretado por Sean Bean en la película invita a la reflexión: ¿quién podría arrogarse el derecho de ser Dios?

viernes, 19 de agosto de 2005

La abuela de mi abuela


La abuela de mi abuela se llamaba Enedina. Era una niña bien, hija de un hacendado veracruzano, y se casó convenientemente con un hombre que pudo darle el mismo nivel de vida que su padre. Tuvieron quince hijos y fueron felices, hasta que la Revolución les arrancó hasta la vida.
Me imagino a mi tatara abuela de joven, peinada con un chongo, vistiendo esas enaguas tan bonitas, pero incómodas, sentada en la sala de la casona de sus padres, bordando pañuelos. Me imagino su emoción cuando llegaba el correo. Habría entre los paquetes y las cartas toda clase de misivas, dirigidas a sus padres, a sus hermanos. Me imagino que tal vez, escondida entre todas ellas, habría una carta, guardada en un sobre pequeño, perfumada de jazmines y dirigida a ella.
La imagino tomándola entre sus manitas y corriendo a los jardines de la hacienda en Tantoyuca, para esconder el rubor de sus mejillas mientras rasgaba, con mucho cuidado, el sobre en cuestión. Me la imagino sacando las dos páginas mientras el corazón se le sale por la boca, y la puedo ver desdoblando el papel y mirando aquella caligrafía perfecta de su amado. La veo esbozar una sonrisa enorme mientras lee cada una de las palabras impresas e imborrables en el papel, y es casi imposible no imaginar que al final, la lleva con sus dos manos hasta su pecho y suspira, antes de leerla otra vez.
Me pasa casi lo mismo con el e-mail: enciendo mi PC en las mañanas, y luego de ingresar mi login y password, la emoción me domina mientras espero el correo electrónico del "significant other". Me detengo a leer cada línea con ciudado, sonriendo para mí misma, tratando de imaginar qué cara hacía mientras lo escribía, y qué estaría pensando cuando añadía esos simbolejos extraños que deben decirnos algo [=), por ejemplo].La diferencia es no la tengo en mis manos. No puedo echármela al bolsillo para sacarla más tarde, en soledad, y releerla una y otra vez, y no puedo adivinar los rasgos de su caligrafía, ni percibir su aroma cuando la desdoblo. Algo tan personal, como un email, debería ser capaz de existir más allá de los ceros y unos del lenguaje binario...

jueves, 18 de agosto de 2005

¿Por qúé Van Gogh?


Hace poco recibí en mi oficina una visita sorpresiva e inesperada. Los detalles del encuentro en este momento sobran; lo importante es que él me lanzó una pregunta igual de sorpresiva e inesperada: ¿Por qué te gusta Van Gogh?
(La pregunta ni era tan inesperada: el pintor holandés es una presencia incuestionable en mi pequeño lugar de trabajo. A pesar de que el hecho en sí es muy kitsch, tengo la oficina tapizada con copias de sus obras. ¡Mi café de todos los días se viste con "Los Girasoles"!).
Por supuesto, me fue imposible responder de inmediato, porque de plano, me gusta lo que me gusta (no hay cabida a discusión). Pero después de pensarlo un rato, he decidido lo siguiente: el arte, cuando me gusta, me dice algo de mí. Van Gogh me habla de mi necesidad de ver todo intensamente, me habla de mi ser apasionado: cuando algo me gusta, es porque me encanta, me fascina y me vuelve loca. Por lo contrario, aquello que me desagrada, lo hace al punto de chocarme, de molestarme, de verdaderamente exasperarme.
¿Es tan malo vivir en los extremos? ¡Tal vez, pero cómo me divierto!

miércoles, 17 de agosto de 2005

¿Qué es Nadia-mente?


Buena pregunta...

Creo que es una forma de ver el mundo, un artilugio de mi mente hiperactiva que sólo así se explica la manera en la que hago las cosas: intensamente, concienzudamente, fuertemente, apasionadamente...

La vida es una sola, pese a Nietzsche, hay que aprovechar cada minuto, antes que acabe la cuenta regresiva: ¡Qué sean más nuestros errores y aciertos que nuestros arrepentimientos!