Le prometí que dejaría de fumar. También le prometí que volvería, y sin embargo sigo ausente. Prendo otro cigarrillo y lo miro. Pero no lo miro, es sólo luz y color en un papel: una foto. Y no me mira, porque no estoy. Y es el humo del cigarrillo en espirales que se enreda en mi cabello que ya no huele a su perfume.
Le prometí un parasiempre. Se lo hubiera dejado en el bolsillo. Salgo al balcón y miro la luna, y recuerdo cuando ella nos miraba, bajo la luz de unas farolas que alguna vez opacamos con el brillo de nuestras miradas. Fumo. Pienso. Siento. Suspiro. Lloro y sonrío.
Le prometí no llorar. Pero no puedo ni siquiera cumplirle eso. Se me agolpan los recuerdos en el pecho. Te amo. Y yo quería darte todo, prometerte nada, acariciar tu cabello todas las mañanas.
Y heme aquí, sin ti.
Hace 8 años.