Ayer tuve la oportunidad de ver al Cuarteto Cremona (¡un ensamble clásico de origen italiano, que toca extraordinariamente y además están de buen ver!).
Además una pieza de Webern que me sacó dos lagrimones, y de un concierto de Shostakovich que no estuvo tan mal como lo imaginé, este grupo interpretó la famosísima La Muerte y la Doncella de Schubert. Además de que se trata de la pieza para cuarteto de cuerdas más famosa de Schubert, es también una obra de Ariel Dorfman, que trata sobre una mujer que se topa en su propia casa con un oficial de la dictadura militar que se encargó de torturarla, mientras escuchaba esa pieza en particular.
Además de que la interpretación de estos chamacones me erizo la piel, fue toda una experiencia verlos tocar.
Vale la pena que hoy aprovechen: el cuarteto estará en la Sala Carlos Chávez, como parte de las actividades que del Festival Italiano en México, que el Instituto Italiano de Cultura está realizando en Junio.
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