Recuerdo que leí este libro hace mucho, mucho tiempo. Y verlo llevado a la pantalla me emocionó mucho, casi tanto como cuando me paseé por las páginas que Ángeles Mastretta creara para darle vida a la mujer de un político arquetípico de las posrevolución.
Lo genial de esta película es la ambientación. Parece que los protagonistas son la ciudad de Puebla, con sus portales y sus calles llenas de iglesias, o la ciudad de México, con su imponente Palacio de Bellas Artes y sus edificios coloniales. El vestuario y las caracterizaciones son también evocadores de una época que, como todas, parece relucir con el esplendor que sólo el pasado puede tener.
Arráncame la vida también tiene unas actuaciones excelentes. Ana Claudia Talancón está genial en su papel de mujer inconforme, y qué decir de Daniel Giménez Cacho, que da vida a un hombre como esos que parecen extintos, que no disfrazan en galanteos inanes un machismo arraigado que, pese a todo, es implacablemente honesto.
Es genial. Cinco palomitas.
Hace 8 años.