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Clint Eastwood realmente ha logrado hacer un trabajo maravilloso al llevar a la pantalla este cuento corto de F.X. Toole, y además intepretar a uno de sus personajes centrales y musicalizarlo. El resultado es fenomenal.
Lo interesante de esta historia es que en el fondo todos necesitamos de otros, y necesitamos de nuestros sueños para movernos a lo largo y ancho de la vida. A veces la gente más cercana, la que nos impulsa a seguir y a alcanzar nuestras metas no es necesariamente nuestra sangre, sino quien comparte con nosotros nuestras pequeñas o grandes luchas, y acaba por ser Mo Cuishle (que en la cinta se traduce como "mi amada, mi sangre", pero significa "mi pulso").
Cinco palomitas. Lloré como idiota.
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