Además de ser un buen espejo de las emociones humanas, La despedida retrata un existencialismo ácido que a final de cuentas acadaba por desencantar. De lo que no queda duda, es que nunca somos concientes de las consecuencias de nuestras acciones, independientemente de si nuestras intenciones hayan sido buenas o no.
Es un libro lleno de humor que está para leerse. Por ejemplo, esta frase me hizo reír y, casi, llorar:
Seducir a una mujer: eso sabe hacerlo hasta el más tonto. Pero saber abandonarla es algo que sólo puede hacer un hombre maduro.
Kundera, M. (2006). La despedida. México: Tusquets.