
Un remedio buenísimo para los pies hinchados es el siguiente: pon a hervir una olla con agua. Cuando suelte el hervor, apágala y añade vinagre blanco y sal. Viértela en una bandeja, si está demasiado caliente añade agua fría, pero trata de que esté lo más caliente posible. Sumerge los pies limpios durante un rato, luego sécalos, aplica crema humectante y súbelos (si estás acostada, usa una almohada, sentada, un taburete o una silla pequeña).
Añade una copa de tinto y repeticiones de tu serie favorita y te relajarás delicioso, amén de que tus pies volverán a tener sus dimensiones originales.
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