"Me falta valor para atarte a mi cama"... wow! Mi favorita, de ese majo oriundo de Jaen, aquí interpretado por otro consentido: Serrat.
Hace 9 años.

 Lo tengo que confesar: aunque los hermanos Ethan y Joel Coen se llevaron el Óscar por No Country for Old Men, la película me dejó con un mal sabor de boca. Debo confesar también que, escéptica y todo, me lancé a ver su nueva creación, Burn After Reading, una comedia fuera de serie que tenía en el elenco nada menos que a George Clooney, Frances McDormand, John Malkovich, Brad Pitt y Tilda Swinton. Con semejante reparto, había que verla.
Lo tengo que confesar: aunque los hermanos Ethan y Joel Coen se llevaron el Óscar por No Country for Old Men, la película me dejó con un mal sabor de boca. Debo confesar también que, escéptica y todo, me lancé a ver su nueva creación, Burn After Reading, una comedia fuera de serie que tenía en el elenco nada menos que a George Clooney, Frances McDormand, John Malkovich, Brad Pitt y Tilda Swinton. Con semejante reparto, había que verla. Al referirse a la primera reflexión, Mairal parece revelar una obviedad: lo que a unos puede parecerles tremendamente excitante, para otros no representa nada. "Es como cuando acabas de comer y alguien llega a hablarte de comida. Por supuesto, no te provoca nada", y viceversa. Bien dice el dicho: "el que hambre tiene...". De ahí que el relato erótico es tal sólo en tanto resulta así para quien lo lee.
Al referirse a la primera reflexión, Mairal parece revelar una obviedad: lo que a unos puede parecerles tremendamente excitante, para otros no representa nada. "Es como cuando acabas de comer y alguien llega a hablarte de comida. Por supuesto, no te provoca nada", y viceversa. Bien dice el dicho: "el que hambre tiene...". De ahí que el relato erótico es tal sólo en tanto resulta así para quien lo lee.Las mujeres argentinas tienen orto, las colombianas jopo, las brasileras bunda, las mexicanas bote, las peruanas tarro, las cubanas nevera o fambeco, las chilenas tienen poto.Y esas diferencias, ya en un texto erótico, o despiertan la imaginación o provocan la risa del desencanto.
 La imagen que surge es entonces la de Paul (Marlon Brando) y Jeanne (Maria Schneider), desnudos, abrazados sobre un colchón en mitad de un departamento vacío pero lleno de luz, jugando a hablarse a gruñidos. Es una desnudez total: no sólo el cuerpo está expuesto al escrutinio de otra piel, sino el propio ser se ha quedado descubierto, ya no hay palabras contundentes que lo vistan, no hay frases rimbombantes que lo arropen, no hay nada de por medio. Sólo así, el ser ha vuelto a ser.
La imagen que surge es entonces la de Paul (Marlon Brando) y Jeanne (Maria Schneider), desnudos, abrazados sobre un colchón en mitad de un departamento vacío pero lleno de luz, jugando a hablarse a gruñidos. Es una desnudez total: no sólo el cuerpo está expuesto al escrutinio de otra piel, sino el propio ser se ha quedado descubierto, ya no hay palabras contundentes que lo vistan, no hay frases rimbombantes que lo arropen, no hay nada de por medio. Sólo así, el ser ha vuelto a ser. Paul, en cambio, sufre en las murallas del hotelito que administró por cinco años junto a su esposa suicida. Murallas levantadas a fuerza de mentiras, a fuerza de vivir más como decimos y menos como somos. Y el sufrimiento vive, además, en el reclamo a un matrimonio con alguien que él nunca pudo entender. "Para safarte sólo requeriste una navaja de 10 centavos y una tina de agua", le grita él a un cadáver al que, como en vida, sus palabras no acaban de hacer sentido.
Paul, en cambio, sufre en las murallas del hotelito que administró por cinco años junto a su esposa suicida. Murallas levantadas a fuerza de mentiras, a fuerza de vivir más como decimos y menos como somos. Y el sufrimiento vive, además, en el reclamo a un matrimonio con alguien que él nunca pudo entender. "Para safarte sólo requeriste una navaja de 10 centavos y una tina de agua", le grita él a un cadáver al que, como en vida, sus palabras no acaban de hacer sentido. Es la realización de una bonita fantasía.Soltar el cuerpo en los brazos del otro, como en el tango. Dejarse llevar por los ritmos arrebatados, las pausas abruptas, los movimientos sugerentes. Permitir a los pies moverse libremente en un compás de tres cuartos, sublimando un deseo sexual que es compartido y, a fin de cuentas, es lo que le da sentido a nuestro ser. Sin nombres, sin edades, sin pasado. Estos, con frecuencia, acaban sobrando.
Es la realización de una bonita fantasía.Soltar el cuerpo en los brazos del otro, como en el tango. Dejarse llevar por los ritmos arrebatados, las pausas abruptas, los movimientos sugerentes. Permitir a los pies moverse libremente en un compás de tres cuartos, sublimando un deseo sexual que es compartido y, a fin de cuentas, es lo que le da sentido a nuestro ser. Sin nombres, sin edades, sin pasado. Estos, con frecuencia, acaban sobrando.