viernes, 16 de enero de 2015

Amar duele



Amar duele. Como cuando platicamos y hablamos y cantamos hasta que nos arde la garganta. O como esas veces que reímos sin motivo, y reímos tanto y tanto que nos lastima la barriga y nos duelen los cachetes. O esas veces que salimos a pasear y caminamos y corremos y jugamos hasta que los pies nos duelen. Amar duele. Sí que duele, duele cuando comemos galletas y nos duele la panza, pero qué ricas y cómo las disfrutamos. Duele cuando nos emocionamos tanto que aplaudimos tanto y tan fuerte, tantas veces, que las palmas nos arden. Duele cuando estamos tan contentas que el día no nos alcanza y nos duelen y nos pesan los párpados pero no queremos acostarnos. Duele cuando nos abrazamos estrujando. Amar duele, duele cuando por las noches nos dormimos apretándonos fuerte las manos. Sí que duele, hijita mía, duele. Amar duele, pero sólo así lo disfrutamos.