La verdad, con ese antecedente, y el hecho de que he dedicado más de media vida a coleccionar cualquier cantidad de chácharas, discos, libros y rarezas de los Beatles, no me quería perder la visita de Paul (hay quien insiste en llamarlo Sir Paul; pero como ya tenemos muchos años de conocernos, yo le digo Paul a secas…), y ahí estuve pegada del ticketmaster para la primera preventa de Banamex. Mala cosa que la tarjeta que me prestaron, porque no tengo de este H banco, no pasaba y no pasaba y no pasaba. Después de un rato me rendí, y me propuse estar atenta para la venta general, lo cual es en realidad muy meritorio considerando la cantidad de tiempo ocioso que no tengo y la facilidad con la que me distraigo con cualquier cosa.
La venta general llegó y pasó y faltaban como dos semanas para el concierto y yo seguía sin boletos, con una sensación de amargura y rencor contra-quien-corresponda porque cómo es posible que se acaben los boletos en tan poco tiempo y yo no vaya a ir a ver a Paul. Mastiqué mi mala leche un par de días, hasta que finalmente abracé la resignación, junto con una botella de tinto y el tiempo suficiente para echarme sobre mi espalda a ver Anthology de principio a fin. Cuando acabó, yo tenía la sensación de ser víctima de una gran injusticia: si alguien se merecía ver a Paul, ese alguien era yo (Cu-cú, Cu-cú, Cu-cú… no, no es que se me boten las cabras, era mi groupie interior clamando atención).
La noche siguiente curioseaba por las páginas (de Internet) de un diario, tratando de averiguar si Cerati vivía o moría (lo cual, por cierto, me lleva a otra historia del Foro Sol que no debería contar ahora ni nunca: la historia de cómo no vimos a Soda…), cuando vi una nota sobre el concierto de Paul: al parecer había más boletos. Regresé a ticketmaster a toda prisa a tratar de comprar lo que fuera… y luego de una lucha cuerpo a cuerpo con la página, mi cartera, el buscador de boletos y mi hermano que se chupa toda la banda ancha… se escucharon mis gritos de emoción más o menos a dos kilómetros a la redonda, para gran consternación de mis vecinos, claro está.
Tenía mis boletos para el Up And Coming Tour, 28 de mayo de 2010.
Mañana: el problema es llegar...