Hace 8 años.
miércoles, 24 de octubre de 2012
Sólo una vez
Yo creo que la gente ama sólo una vez. El resto de las veces son un simulacro, un intento incompleto, acaso inconcluso, pero en todo caso, fallido. Como cuando E. se creyó enamorado de mí. No me dijo nada, porque ya era demasiado tarde y yo había tomado el vuelo a Buenos Aires, esta vez para no volver. E. me escribía cartas desesperadas. No me pedía que volviera, pero ocultaba sus anhelos en frases hechas y chismes de antiguos colegas. “Te deseo mucha felicidad”. “A V. lo echaron del trabajo”. Para E. era fácil deslizar en el papel aquellas palabras porque en realidad no me amaba, ni me amó nunca, y ni aunque volviésemos a encontrarnos, me amaría. E. ya tuvo su oportunidad: una vez hace mucho tiempo, le rompieron el corazón. Conmigo quiere redimirse, pero es imposible. Yo amo a otro, y él ya no puede volver a amar.
miércoles, 17 de octubre de 2012
Pensé en ti
A la sombra de un lapacho, otra vez pensé en ti.
El rosado de sus flores se subió hasta mis mejillas,
y en mis labios su perfume me hizo evocar tu aliento,
y sus ramas al viento fueron tus brazos abiertos.
Sentada en la banca del parque, otra vez pensé en ti.
Las palomas al vuelo acariciaban el aire,
y sentí tu caricia y tus manos en el viento,
y suspiré enamorada otra vez, por un momento.
Bajo el sol de plaza, otra vez pensé en ti.
Tan lejos de todo lo que un día llamé casa,
y te miré entonces doblando la esquina,
y supe que hogar para mí no hay sin ti.
jueves, 11 de octubre de 2012
El tendedero
Estábamos afuera, en el patio. Hacía rato que era de noche. El viento jugaba con las sogas del tendedero, y los broches, como si fuesen pajaritos de colores juguetones, se columpiaban en ellas. Empezaste a ordenarlas, más bien distraídamente: por tamaño, por forma y por color.
—Me recordaste a Benedetti.
—¿Qué de Benedetti?
—“Rostro de vos” —dije. Añadí —“tengo una soledad tan concurrida…”, ¿cómo es que la ordenaba?
—¿Vos tenés soledad?
—No —mentí, —Sólo que verte ordenando los broches me recordó a Benedetti.
Bajo el brillo del sol, los broches en el tendedero siguen pareciendo pajaritos que están a punto de alzar el vuelo. Ya están desordenados de nuevo. Ahora estoy de nuevo afuera, mirándolos. Sigo preguntando al tendedero cómo es que se ordenaba aquella soledad. ¿Por nombre? ¿Por color? Ya no me acuerdo: el libro se ha perdido o se ha quedado muy lejos. No puedo ordenar mi soledad.
Con cariño, para @evagraciela
viernes, 5 de octubre de 2012
De 5 a 5
De 5 a 5, seis meses. Se van en un parpadeo: el que hice cuando te vi, tras seis meses, esperándome en el aeropuerto. Pasaron así, en un abrir y cerrar de ojos. Esos ojos que un 5, seis meses antes, estaban cerrados, llorosos, angustiados, y yo, hecha un ovillo en mi cama, abrazando un recuerdo que todavía tenía tu perfume y una soledad tan grande que no cabíamos las dos en la cama. Un 5 que tres meses antes tenía a mis ojos con ansias de verte, con hartazgo de esperarte, con ganas de abarcar los 7000 kilómetros que nos separaban de una sola mirada. O sencillamente, de columpiarse un rato, un ratito más sobre los tuyos. El último 5, el más deseado, mis ojos te buscaron tras esas ojeras de insomnios solitarios, y al fin te encontraron. Fue el más largo y doloroso parpadeo, pero ya habías llegado.
miércoles, 3 de octubre de 2012
Todo lo que no
Ese primer beso que no dio para un segundo. Esas manos que nunca se atrevieron a tomar las mías. Ese adiós que fue aunque no. El silencio que no escuché. Las palabras que no grité. Los besos que me negaron. Los “sí pero no”. Esa tarde caminando bajo las farolas que no se repitió. El abrazo que no quería ser el último. La espera que no era. El ramo de rosas que nunca llegó. Los talvez que fueron nunca. El viaje alrededor del mundo que nunca ocurrió. Las palabras que no eran suyas. Las lágrimas que no lloré por orgullo, y el orgullo que no supe perder a tiempo. El tren que no esperé. Todo lo que salió mal, a fin de cuentas, salió bien. Todo lo que no que es sí porque todos ya fueron. Todo para que tú y yo fuésemos el sí que hoy somos y seremos.
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