Una mujer descorazonada -Audrey Niffenegger- escribió esta novela para exorcizar un poco los fantasmas de sus relaciones fallidas. Convertida en un bestseller, The time traveler's wife llegó a la pantalla grande en una adaptación del escritor de Ghost, Bruce Joel Rubin, dirigida por el novato Robert Schwentke y protagonizada por dos jóvenes y brillantes actores con las caras más bonitas: Eric Bana y Rachel McAdams.
El elemento del viaje en el tiempo hace de esta película romántica un pedacito de ciencia ficción. Y es precisamente este elemento el que nos hace reflexionar, a lo largo de toda ella, lo terrible y tranquilizador que resulta el saber de antemano qué es lo que va a pasar, así como reafirma que el pasado no puede deshacerse.
Al margen del debraye filosófico, la película es buena. La fotografía es espectacular y las actuaciones, al menos de los protagonistas, son muy convincentes. La música de Mychael Danna es preciosa y en verdad es un filme bonito. Hay algunas inconsistencias en la continuidad de escenas y se deja a la interpretación de la audiencia una que otra cosa, pero una vez que te metes en la historia, es fácil dejarte llevar.
No es Ghost, pero es una historia buenísima y tristísima. Cuatro palomitas.
Hace 8 años.