se desnudó, no tiene sino esa misma imagen.
Entrañas opulentas que el extranjero
saqueó durante cuatro siglos .
Las dos costas desnudan su belleza
y la alegría tropical y el aire
que libera sentidos y razones
dan al sexo jaguares, girasoles.
Plataformas centrales
construidas a la altura de las águilas
ponen fuego a la luz y el cielo crece.
El hombre-campo guarda un dejo de pirámide
aun cuando su pobreza
arrincona inconsciente una sonrisa.
Las lenguas poesía milenaria
dicen lo necesario, sobreviven.
La Patria necesita hombres más hombres
que le hagan ver la tarde sin tristeza.
Hay tanto y lo que hay es para pocos.
Se olvida que la Patria es para todos.
Si el genio y la belleza entre nosotros
fue tanto y natural,
que el recuerdo del hombre de otros días
nos comprometa para ser mejores.
La Patria debe ser nuestra alegría
y no nuestra vergüenza por culpa de nosotros.
Es difícil ser buenos.
Hay que ser héroes de nosotros mismos.
Conversamos, Ramón, a piedra y lodo.
Es el barco que habla por lo que fue en la mano
de quien nos hizo enteros.
Víspera de tu ausencia
te fuimos a llevar una magnolia
a tu cuarto de agonía,
mis amigos y yo.
Hoy hace cincuenta años
que eres más joven.
Flor y canto en los labios deste día,
en los labios de México,
en todo el corazón de nuestros labios.
Carlos Pellicer
0 comments:
Publicar un comentario