Hace 8 años.
miércoles, 21 de mayo de 2014
Mis tenis
Todos tenemos algo así en el ropero: el vestido del día en que nos conocimos, la chamarra que llevé a aquel concierto, el viejo pañuelo del abuelo. En mi caso, es un par de tenis viejos. Cuando camino, rechinan y se quejan. Han perdido el color y un poco las suelas. Les tengo cariño porque calzan como un guante, pero también porque abrazaron mis pies en largas caminatas. Estuvieron conmigo por varios años, y es más: por varias ciudades. Fuimos juntos a pasear por México, Monterrey y Buenos Aires. Conocen Jujuy, sus caminos y sus calles. También estuvimos por la Quebrada de Humahuaca, vieron Bolivia, Chile y Lima de pasada. Pero lo más importante es que a la altura de esos tenis, luego de andar siete mil kilómetros y tres aeropuertos, una vez llegando a Salta, caminé rápido hasta donde estabas y te di por primera vez un primer beso.
Esto pensó
Nadia L. Orozco
@
11:43 a.m.
Etiquetas
Chiquicuentos,
Crónicas de Nadia
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