
Eragon tiene sus momentos brillantes de humor y de drama, pero no logra involucrarte en la historia. Será cosa de la adaptación, o bien será porque el protagonista, el joven y novato Edward Speleers, lleva todo el peso de la película y ciertamente no parece tener las tablas para ello (aunque promete).
Aunque se le ha comparado con la trilogía de Tolkien, la verdad es que no está ni cerca: a Tolkien le tomó toda la vida crear un mundo, crear unas culturas con ciertas características que eran plasmadas en sus lenguajes, en sus ropas, en sus casas, etcétera, y luego creó una historia dentro de este mundo fantástico. Imagino que al pequeño Paolini lo inspiraron esa historia, y otras muchas que leyó o vio por ahí, pero difícilmente se dio a la tarea de hacer un mundo nuevo. Y, además y por si fuera poco,Stefen Fangmeier también es un director debutante que no está todavía cerca de ser Peter Jackson.
Tres palomitas, porque la música sí me gustó, y por Saphira, que es un encanto.



0 comments:
Publicar un comentario