jueves, 3 de mayo de 2012

Carta para Nadie

Hoy me levanté temprano. Hice yoga, me bañé y me arreglé. Me puse guapa: tacones altos y sonrisa falsa. Salí a compartir el mundo con Nadie. Fuimos a comer, al cine, a mirar zapatos. Luego nos tomamos un café, leímos un rato. En la calle, un indigente, un viejo paralítico y desdentado sí notó la tristeza y el llanto contenidos y nos dijo "ánimo". No le hicimos caso. Volvimos a casa. Nos encerramos en la habitación. Nos quitamos los tacones, el maquillaje, y la sonrisa falsa. Nadie seguía aquí conmigo. Insiste en quedarse y yo le escribo. Ya le dije que estoy tan harta de estar sola, de no entender, de fingir que soy fuerte. Me derrumbo en la cama. Lloro un rato. Mañana será otro día. Otro miserable día, que tal vez pase. Ya le dije que estoy harta. Se lo dejo por escrito, a ver si se larga.