Hitman

Hollywood solía recurrir a las mentes de brillantes escritores, ya fuera dedicados a la gran pantalla o bien autores como Margaret Mitchell y Tennessee Williams, para llevar sus historias de las páginas a la pantalla.

Pero desde que en 1993 Super Mario Bros. viera la luz de Hollywood (en una infortunada adaptación, hay que decir), los video juegos han sido material jugoso para los creadores del séptimo arte.

Hitman es producto de este flujo continuo de creatividad entre un género y otro, probando que una buena idea puede ser rentable, ya que a través del cine se llega a un público mucho mayor (nosotros somos fieles a Nintendo, así que nunca he jugado Hitman).

La idea del asesino freelance entrenado desde el nacimiento quizá no sea la más original (vi esto en Dark Angel, la serie que diera fama a Jessica Alba); sin embargo, la ejecución es fenomenal. Timothy Olyphant está genial en el papel, pues no sólo se trata de un asesino frío y calculador, sino también de un inadaptado social que no haya muy bien el lugar de las sonrisas.

Aunque la trama no es especialmente intrigante, las escenas de acción son buenísimas, y resaltan las actuaciones de Dougray Scott (Desperate Housewives) y Robert Knepper (Prision Break), además de un soundtrack que vale la pena tener.

Cuatro palomitas.