Lo que siempre será cierto, en este mundo incierto, es que las palabras románticas tienen ese efecto somnífero sobre la razón, y en especial sobre lo razonable, y una lee cosas como esta:
y no puede menos que sentir que le brinca el corazón. Y más si no sólo lee, sino que sabe que le escribieron a una algo como esto:
Y, claro, una vez dormidas la razón y el buen juicio, cae a los pies del poetuitero porque él dice que una ha inspirado palabras como estas:
Por cosas así, yo no me enamoré: me enamoraron.
Y, ¡oh, sorpresa! Algunos meses y varios miles de kilómetros después, aquí estoy con el poetuitero en cuestión, observando atentamente que la realidad, en realidad, suele ser un poco menos romántica de lo que uno se imagina, sin dejar por ello de ser intensa e interesante y bastante más divertida.
Por ejemplo, el otro día caminaba con el Pinche Rubén, y empezó a llover. Y me dice “¡Cómo me gusta caminar bajo la lluvia! Pero soltame, que si te caes nos caemos los dos”. Es decir, en ese minuto todo lo romántico que podía tener caminar bajo la lluvia, se diluyó. O como el otro día que lo abracé mientras lavaba los platos y me dijo: “mi amor, yo te amo pero si dejo caer los platos va a ser por mi culpa y te voy a echar la culpa a ti”. O aún, en medio de un intento de abrazo apasionado, que te digan “Ay, me asfixio, basta por favor”, no es ni exacta ni remotamente lo más romántico que podrías escuchar. Ni hablar.
Más aún, ese tuitero apasionado de palabras rosas y frases bonitas que me embobaba, tuvo la ocurrencia de decirme: “quiero que te quedes conmigo, ¿sí o no?”, en un tono de ultimátum que acabó con toda fantasía romántica que pudiera haber tenido. “Ay, Rubén, pero es que antes me escribías cosas tan cursis”, le dije. “Pero es que eso escribo, y para qué te escribo ahora si te tengo aquí. ¿Qué no ves en mi ojos que te amo cada vez que te miro?”, me respondió, y pues, nada, que aunque mi sentido común me quiere decir que tiene razón, mi vena poética sufre poquito.
Vaya: no quiero decir que estoy decepcionada. Para nada. Así como no le cambiaría una coma a nuestra historia, no le cambiaría tampoco las cosas cotidianas que he podido aprender de verle todos los días (que ronca como un león, hace una maña tremenda para limpiar, que se puede pasar horas embobado mirando películas, que se burla de mi risa, que le gusta comer pero no tirarse con los platos, literalmente, y otras muchas pequeñeces que hacen de él la persona única y fabulosa que me enamora todos los días). Quizá mi naturaleza felina hace que sus comportamientos tan contradictorios sean la mar de interesantes. Y ese tipo de contradicciones son las que hacen que me enamore, ahora de otra manera y quizá con otro sentido. O sea que no es igual, pero es lo mismo. Al menos me hace reír mucho y cualquier mujer sabe que una siempre ama al hombre capaz de hacerla reír. Y sí.
4 comments:
jajajajajajaja me encanto!!!! Si, sos una hechicera con todas las letras llenas de razon. No estas sola Nadia, a mi me enamoro con letras la personas menos poetuitera o poeta de este universo, este es mas hablador que escritor. Hablaba de las sorpresas y el shopping al que llevaba a su hermana y primas, y a mi no me acompaña ni al super. Tambien lo hice lavar los platos hasta que se le automatizo y con lo de hacer la cama ya me rendi por que le sale remal. Sabe que me encantan las sorpresas y el burris, si me va a hacer una sorpresa me avisa "te tengo una sorpresa" o me dice "te tenia de sorpresa llevarte a tal lugar pero ya no dio tiempo" y pienso "cariño, por que no guardaste tu sorpresa para despues sin que me la contaras". Total que lo que me tiene embobadamente enamorada de este sujeto causante de mis desvelos son, como dices, las cosas cotidianas, esas pequeñitas cosas que hacen la diferencia, las carcajadas que me saca, su mirada encantadora cuando me cacha haciendo travesuras o cuando estoy muy inspirada en algo y le encanta ver como me clavo, el conocer sus ademanes o costumbres, es increible recordar y mirar atras y darte cuenta como hemos crecido y nos hemos transformado viviendo juntos.
He aprendido que conquistarse todos los dias y no dar por sentado nada es clave. Seguramente ya no te escribe tanto como antes por que ahora es mas poeta con sus acciones.
Un abrazo a los dos!!
Vaya, leí el el titulo y me asusté, creí que sería otra historia de esas que se enamoran por las letras y la realidad es otra, suele pasar muchísimo, sobre todo en una red donde mucho intentan ser algo que no son. Muchos de los "poetuiteros" (odio ese término) le escribimos al amor, o la idea de que tenemos de él, pero no quiere decir que seamos así todo el tiempo, al menos en mi caso, en la realidad, soy más odioso que romántico, y creo que en esa medida me gusta. Me recuerdo ahora una vez que conocí a alguien de twitter en la calle por casualidad y me dijo que le hablara así como en los tweets, sólo me dio por reírme, y decirle, ¿Estas loca? y bueno terminé decepcionando a la chica en cuestión... jaja No sé, a veces nos enamoramos de una idea, siempre hay que ver la realidad, es la que importa. Un Abrazo Nadia.
@Cautiv0
Fíjate que a mí eso me pasó con un músico... aunque fue mutuo. Él se enamoró de mis poemas y yo me enamoré de sus canciones. Un día nos dimos cuenta de que en vez de estar todo el día componiendo y haciendo el amor, hacíamos otras cosas más cotidianas: fregar los platos, hacer la compra, cocinar... y nos entristecimos un poco. Pero al poco, nos empezamos a enamorar de esa convivencia, de esas pequeñas cosas y creo que ahora ambos pensamos que es lo que debemos disfrutar, porque en realidad, eso es la vida.
He aqui otro poetuitero @Andres_Gudino
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