viernes, 15 de junio de 2007

La historia de un político X

Un día mientras caminaba por la calle, X es trágicamente atropellado por un Turibus en el Zócalo y muere. Su alma llega al paraíso y se encuentra en la entrada a San Pedro en persona "Bienvenido al paraíso, -le dice San Pedro-. Antes de que te acomodes, parece que hay un problema. Verás, muy raramente un alto político ha llegado aquí y no estamos seguros de qué hacer contigo.
Lo que haremos será hacerte pasar un día en el infierno y otro en el paraíso, luego podrás elegir dónde pasar la eternidad".
Y con esto San Pedro acompaña al político al ascensor y baja, baja hasta el infierno. Las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf. A lo lejos hay un club y de pie delante de él están todos sus amigos políticos que habían trabajado con él, todos vestidos con traje de noche y muy
contentos.
Corren a saludarlo, lo abrazan y recuerdan los buenos tiempos en los que se enriquecían a costa del pueblo. Juegan un agradable partido de golf y luego por la noche cenan juntos en el Restaurante Gourmet del club con langosta.
Comparten la noche con hermosísimas y liberales jovencitas.
Se encuentra también al Diablo, que de hecho es un tipo muy simpático y se divierte mucho contando chistes y bailando.
Se está divirtiendo tanto que, antes de que se de cuenta, es ya hora de irse.
Todos le dan un apretón de manos y lo saludan mientras sube al ascensor.
El ascensor sube, sube, sube, y se reabre la puerta del paraíso donde San
Pedro lo está esperando.
- "Ahora es el momento de pasar al paraíso." Así que el político X (inescrupuloso, ciertamente), pasa las 24 horas sucesivas pasando de nube
en nube, tocando el arpa y cantando. Antes de que se de cuenta, las 24 horas ya han pasado y San Pedro va a buscarlo.
- "Ya has pasado un día en el infierno y otro en el paraíso. Ahora debes elegir tu eternidad." El Hombre reflexiona un momento y luego responde:
- "Bueno, el paraíso ha sido precioso, pero creo que he estado mejor en el infierno."
Así que San Pedro lo acompaña hasta el ascensor y otra vez baja, baja, baja, hasta el infierno. Cuando las puertas del ascensor se abren se encuentra en medio de una tierra desierta cubierta de mierda y desperdicios.
Ve a todos sus amigos vestidos con trapos, recogiendo los desperdicios y metiéndolos en bolsas negras.
El Diablo lo alcanza y le pone un brazo en el cuello.
- "No entiendo, -balbucea X-. Ayer estuve aquí y había lindas mujeres, un campo de golf y un club, y comimos langosta y caviar, y bailamos y nos divertimos mucho. Ahora todo lo que hay es un terreno desértico lleno de porquerías..., y mis amigos parecen unos miserables."
El Diablo lo mira, sonríe y dice: - "Ayer estábamos en campaña. Hoy..., ya votaste por nosotros..y ya te chingaste."

1 comments:

Alejandro Vargas

jajaja, definitivamente está muy bueno. Me dio gusto volverlo a leer.