A propósito del día del ingeniero civil (felicidades, por cierto),
mi profe nos coló a un concierto privado que la
OSM celebró de forma extraordinaria, y lo fue, en todos sentidos.

Comenzaron con la
5a Sinfonía de
Beethoven,
esa poderosa serie de cuatro notas que evoca una fuerza inescapable, similar a un aguacero que te deja empapado, sin lugar a dudas. Continuaron con
Janitzio, ese lugar feo que
Revueltas se encargó de engalanar con un
pícaro poema sinfónico que evoca la peregrinación de lanchas iluminadas la noche de muertos. Siguieron con, ¡oh!, la suite de
El Pájaro de Fuego de
Stravinsky, maravillosa y ensoñadora,
siempre evocadora de cuentos de hadas. Terminaron con el famosísimo
Huapango de
Moncayo, que pese a ser una de las obras más abusadas por el 'nacionalismo' mexicano, no pierde su belleza y una energía incomparable cuando la escuchas en vivo.
Y por supuesto, su joven director no nos iba a dejar ir sin un encore:
El sombrero de tres picos de
Manuel de Falla, que fue poco más que un placer a los sentidos, porque
Carlos Miguel Prieto y su orquesta
se estaban divirtiendo de lo lindo.Muy recomendable que asistan a la
Temporada 2007,
sobre todo el concierto para violín de Stravisnsky que interpretará Cuauhtémoc Rivera el próximo 28 y 29 de julio.
¡Dirige José Arean, sin duda estará genial!
1 comments:
Sin lugar a dudas son grandes obras en vivo, que mejor.
Saludos!
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