jueves, 31 de octubre de 2013

El amor arruina


El amor no termina. Si terminara, sería como un río que brota en alguna parte y luego se pierde en el mar, sólo que un día dejó de brotar, cesó su cauce, agotó su viaje al fondo del océano. El amor no es así, no empieza un día y termina el otro, si así lo crees no entiendes nada. El amor se arruina. Se echa a perder, como las manzanas del frutero una tarde calurosa de primavera. Sí, el amor se arruina. Por eso te deja en ruinas, como si fueses un pueblo devastado, con casas derruidas y calles desoladas y polvorientas. El amor se arruina y te arruinas tú con él. Quedas como un cenicero lleno de colillas, afeando cualquier rincón, cualquier paisaje. Pero si se arruina, y no te arruinas tú con él, si no te destruye, si no te vuelve escombros y cenizas, entonces no era amor.