martes, 23 de diciembre de 2014

Navidad era mi abuelo


Navidad era un árbol enorme, lleno de luces y adornitos. A sus pies, el rodete de fieltro que hizo alguna vez mi mamá y que quién sabe dónde quedó. Y muchos regalitos. Navidad era el olor al ponche de la Abuela, y que me dejara masticar las cañitas y dejar los tejocotes. Era el pastel de tres leches de mi mamá; era mi tío, su guitarra, mis tías y mi mamá cantando, mis primos y muchas luces de bengala, mis hermanos traveseando. Mi papá poniendo regalitos bajo el árbol y abriendo cacahuates. Pero sobre todo Navidad era mi abuelo, su risa llenando toda la casa, sus ojos llorosos por picar la cebolla de ese bacalao que nunca me gustó y que perfumaba toda la cuadra, sus manos abrazando un whiskey y sus labios besando un Raleigh. Navidad era mi abuelo y su voz y sus manos. Ya nunca será Navidad.

2 comments:

Sam Salas

Me deja sentimientos bien padres y revueltos tu post, Nadia. A veces extraño muchísimo a mi abuela y siento que la vida ya no es vida. Creo que tienes que hacer que Amelia sea Navidad.

Omar Hernández

Y aún es navidad... Pues el sigue aqui, en el bacalao de cada año, en las manos de aaron y agnes, en su risa, en cada uno de sus nietos y bisnietos, solo escucha con cuidado reír a amelia.... Y lo escucharás. Un abrazo prima