Sólo hay tres directores mexicanos que se han colocado a la altura de los grandes directores, llevando a nuevos límites los estándares de calidad del cine internacional: Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu, y Guillermo del Toro. Este último ha sorprendido a propios y extraños con su última cinta, El Laberinto del Fauno, que cuenta una historia fantástica ubicada en la España franquista, en un bosque encantado y entre las dos facciones enemigas.
Si bien uno puede creer que se trata de una película tipo Las Crónicas de Narnia, en la cual se pierde en efecto el contacto con la realidad para entrar a un mundo mágico y misterioso, en realidad la cinta de del Toro se encuentra en la frontera entre la cruda realidad de la vida en un estado totalitario (la película fue clasificada C en nuestro país, pero luego de un respingo del director, se cambió la clasificación a B-15. Y con razón: contiene violencia gráfica totalmente explícita, pero en verdad no es otra cosa que un retrato de la cotidianidad de los estados de violencia institucionalizada), encarnado por el Capitán Vidal (Sergi López), y el mundo de fantasía de Ofelia (Ivana Vaquero).
El Laberinto del Fauno es una cinta que vale la pena. Tiene buenos efectos, la historia está bien llevada, Maribel Verdú está fenomenal y tiene un tema en violín de Javier Navarrete que te eriza la piel. Eso, más un final inesperado, tristísimo y a la vez esperanzador, le valen cinco palomitas...
Hace 1 año.
1 comments:
Excelente, me convenciste. Iré esta semana. Un abrazo!
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