A la luz de algunos de sus textos, que pueden encontrarse en el blog El Señor de Abajo, el simpático escritor nos compartió dos reflexiones sobre el relato erótico: la primera, que no hay una fórmula; la segunda, que las palabras tienen, por fuerza, la carga significativa de su lengua madre.
Al referirse a la primera reflexión, Mairal parece revelar una obviedad: lo que a unos puede parecerles tremendamente excitante, para otros no representa nada. "Es como cuando acabas de comer y alguien llega a hablarte de comida. Por supuesto, no te provoca nada", y viceversa. Bien dice el dicho: "el que hambre tiene...". De ahí que el relato erótico es tal sólo en tanto resulta así para quien lo lee.
Por otra parte, el uso de las palabras es fundamental, y aquí parece que la barrera del lenguaje se antoja infranqueable, aún para una Iberoamérica que lo mismo coje, folla, fornica o tira, y sin embargo, parece que no es lo mismo. En palabras del propio autor:
Las mujeres argentinas tienen orto, las colombianas jopo, las brasileras bunda, las mexicanas bote, las peruanas tarro, las cubanas nevera o fambeco, las chilenas tienen poto.Y esas diferencias, ya en un texto erótico, o despiertan la imaginación o provocan la risa del desencanto.
Una última observación de Mairal que me pareció de lo más oportuna fue la siguiente: para las mujeres, el sexo empieza antes de sacarse la ropa. ¿Será entonces que el romanticismo aguamielero es una perversión de nuestros instintos carnales?
Por cierto, les recomiendo la serie En la cancha se ven los pingos, que aparece en el blog de Pedro. ¡Para morirse de la risa!
2 comments:
Hola Nadia!
Genial la reseña sobre "ese lenguaje comun que nos separa en hispanoamérica", sobretodo en el tema sexual. Gracias.
Como sé que te gustan los gatos, te invito a leer el últomo post de mi blog www.delaquiyelahora.blogspot.com titulado "Bonsai de Tigre" ¡lo vas a disfrutar".
Durante los días de visita de Óscar Horta, yo tenía cierta malévola ansia que en plena conferencia y curso dijera algo como "... y entonces ustedes cojen..." jajaja.
Me contó que por ejemplo ahí en una charla en el DF dijo algo como "... y claro que entonces yo me cojo a un montón de mariachis".. jajaj... dice que todo el auditiorio soltó una carcajada.
Me decía que para ellos (los españoles) no decir cojer era casi imposible y que "tomar" o "agarrar" estaba totalmente fuera de los contextos que para ellos eran "correctos".
Pero lo mejor era decirle "... a ver córrete para allá" y ver sus ojos de incredulidad que yo con esa naturalidad le pidiera que "se corriera" jajajaa...
Publicar un comentario