lunes, 10 de septiembre de 2012

Vamos a ser poesía


Te leo de día,
para encontrarte,
para sentirte
tomando mi mano,
para recordarme como siempre fui: tuya.

Te escribo de día,
para que calles,
para que me sientas
cerca de tu pecho,
para que me escuches con la piel y las manos.

Te leo de noche,
para dormirme,
para no dejar de imaginarte
esos ojos de sol,
para soñarte como si fueras mío.

Te escribo de noche,
para que me sueñes,
para que despiertes
con mi nombre en los labios,
para que amanezca mi risa en la luz de tu ventana.