Si yo fuera tinta, sería indeleble.
Ni con lágrimas sobre el papel,
ni con tiempo, ni en silencio
podrías callarme.
Si yo fuera indeleble, sería inolvidable.
Tal vez no sería mi nombre,
ni en mi nombre, pero
tendrías que pensarme.
Si yo fuera inolvidable, te arrepentirías.
Recordarías las lágrimas,
y la distancia, el dolor
habría de matarte.
Hace 8 años.
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