La utopía es, en política realista, sinónimo de imposibilidad. Pero hay que distinguir dos utopías: una, de armonía y perfección, es efectivamente irrealizable. La otra comporta posibilidades todavía imposibles, por ejemplo, la desaparición del hambre y la miseria del planeta, la supresión de la guerra entre naciones, el establecimiento de una sociedad–mundo.
Morin, E. (2006). El Método 6. Ética. Madrid: Ediciones Cátedra, p. 93
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