Los días de lluvia son maravillosos... siempre y cuando los pases en tu casa, en tu cama, arropado hasta el cuello con una cobija de lana, mirando una buena película.
Por supuesto, estar atorada en el tráfico, con la llovizna persistente que no te deja ver nada, y con las manitas congeladas, es horrible. Además, la lluvia saca lo peor de la gente.
(Mi madre dice que "cuando llueve, parece que sueltan en coche a todos los idiotas de la ciudad").
Pero es un buen momento para reflexionar. Pensaba en Casablanca, en esa escena memorable en donde Bogart dice "Siempre tendremos París".
¿Cuántos Parises tendremos, y con cuánta gente?
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