jueves, 22 de enero de 2009

Dalí: a 20 años del adiós IV

En las décadas de 1940, 1950 y 1960, Salvador Dalí fue el artista de vanguardia que siempre había sido. A partir de esta época, los temas centrales de su obra eran la religión y la ciencia:
“Cuando supe que un átomo de emulsión holográfica contenía la imagen entera de la tercera dimensión, incontinente, exclamé: ‘¡quiero comérmelo!’ Esto ha asombrado más que de ordinario a todo el mundo, y sobre todo a mi amigo el profesor Dennis Gabor, Premio Nobel de física en 1971. De esa manera, yo podía realizar, al menos en efigie, uno de mis más caros deseos: comer el ser adorado de Gala, ingerir en mí, en mi organismo, unos átomos que contuvieran unas Galas holográficas sonrientes, nadando en el Cabo de Creus”.
Su estancia en Estados Unidos amplió su círculo social, y pronto se convirtió en una figura importante, sobre todo de la elite artística de los años sesenta y setenta. Se le veía con frecuencia en compañía de Andy Warhol y su séquito. Esto contrastaba con la reclusión en Figueras, Cadaques o Cabo Creus de él y Gala, para escapar del mundo exterior. Para 1966 hace la más grande exhibición retrospectiva de un artista viviente en la Galería de Arte Moderno de Nueva York. Dalí, además, creó muchas obras de arte, que pasaron a formar parte de los señores A. Reynolds Morse, un matrimonio de Cleveland, Ohio, que eran sus coleccionistas más voraces.

En un periodo de cuarenta años, los Morse coleccionaron mucho del arte y objetos de Dalí, incluyendo pinturas al óleo, acuarelas, borradores y manuscritos originales. Otros coleccionistas leales y la atención de la prensa pronto trajeron a Dalí la fama y fortuna que siempre quiso.
En 1974 Dalí inauguró su propio Teatro Museo en Figueras. Muchas otras exposiciones retrospectivas internacionales le siguieron durante esa década.

Gala murió en 1982, después de lo cual la salud del artista comenzó a decaer rápidamente. Se quemó severamente en un incendio en 1984, cuando su dormitorio en el castillo de Pubol se incendió. Pasó el resto de sus días en reclusión, en los apartamentos adyacentes al Teatro Museo. Después de una operación de marcapasos en 1986, a Dalí le quedaron pocos días. El 23 de Enero de 1989 murió de fallas cardiacas y complicaciones respiratorias. Sus restos reposan en la cripta del Teatro Museo de Figueras, y su obra pertenece por testamento al Estado Español.


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